El más veterano de los artistas residentes es José Peris Aragó, nacido en Alboraya en 1907, para quien el arte: es lo más importante para la elevación del ser humano, que es el animal más perfecto y perverso. Y el arte es el encargado de frenar esa perversión. El arte no está solo en el artista; está también en el agricultor, en el ganadero, en el que trabaja la madera. El arte está en todo.

Formado en la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos, pintó en sus comienzos abanicos para Albiñana, fue compañero de Renau y Segrelles, y trabajó para la productora y distribuidora Cifesa.

Hoy su obra tiene difusión internacional y podemos encontrar algunas de sus obras en el Museo Nacional de Cerámica González Martí.

La Casa de la Cultura de Alboraya debe su nombre a este ilustre artista.